viernes, marzo 23, 2007

Y resulta que ahora lo que entendía por lealtad ya no significa lo mismo. ¿Que cómo me siento?Pues bien, la verdad. A veces es mejor caerse desde un segundo piso que hacerlo desde un quinto, ¿no?
Lo bueno es que, siempre que algo falla en el sistema, nos podemos agarrar a lo que no ha fallado y que afortunadamente sabemos que nunca cederá por mucho peso de cariño que en él pongamos.
He llegado a la estúpida conclusión de que ciertas personas no tienen conciencia, ni remordimientos, ni un angelito que le hable al oído subido en su hombro. Es curioso... A veces me gustaría ser una de esas personas sin duendecillo en la oreja para comprobar lo que sienten cuando meten la pata.
Y la vida cambia, y además de tener que joderse uno sin poder rechistar ante lo que viene, hay que poner buena cara. Una tipo a----> :D aunque por dentro seas algo parecido a ----->:S Curioso, sí.
Ahora mismo me salen auténticas carcajadas de la boca... es que hay cosas en la vida que rozan lo absurdo, y por qué llorar, mejor reír y así alargarse la vida.
Esta mañana me levanté con un nudo en el estómago. Una sensación extraña, de esas que te hacen vomitar el desayuno mientras te lavas los dientes (no, no es tan raro). En la facultad me despejé, me olvidé incluso... ¡¡¡qué sensación la de tomarse un café en el "churro" mientras fuera llueve!!!
Entonces pienso en cuánta gente tendrá este nudo en el estómago, cuánta gente sentirá este vértigo incluso estando sentado. Pero todo es cuestión de tiempo, y a fin de cuentas, al "otro lado" no existen los duendecillos...

lunes, marzo 05, 2007

Espero que no haya sido la última despedida...