jueves, enero 21, 2010
Como un último atardecer, cuando intentas memorizar cada rayo de sol, cada nube rasgada, cada policromía dorada que se desvanece lentamente. Con esa sensación de ser algo que se termina, con sangre que gotea de las yemas de los dedos hasta tu regazo. Sangre roja y pupilas dilatadas, venas de un corazón que estallan en mil pedazos. Sueños perdidos que desaparecen delante de tus ojos y que al final sólo dejan vacío.
Es querer luchar cuando nadie lucha. Amar cuando nadie ama. Soñar cuando ya nadie sueña.
Como los ángeles cuando bajan al infierno, como el enamorado que pierde toda esperanza, como la luz que rebota en la oscuridad de la cueva hasta quedarse en sólo eso, oscuridad.
Al final el gusano siempre se tranforma en mariposa.
domingo, enero 10, 2010
A veces pienso que hay dos tipos de personas, las que corren y las que caminan. Las que pasan por el mundo sin apenas pararse a ver lo que hay alrededor, y las que prefieren detenerse y observar.
Ya sabeis lo que opino de la sociedad actual, de prisas, coches, humos y estrés innecesario. Supongo que por eso me considero parte del grupo 2, el que camina, el que se deja llevar por el segundero, que duerme detrás de una vidriera y que sueña con despertar en otro mundo, en otro lugar.
Y lo más difícil es mantenerse, no dejarse contagiar.
Quiero naufragar y empezar de nuevo. Una y otra vez. Coger rosas silvestres y que me sangren las manos. Bañarme en invierno (como aquella vez) y sentir escalofríos por todo el cuerpo.
¿Que qué le pido al 2010? Poder SENTIR... lo demás es innecesario.