La última vez que lo vi me juró que viviría. Sobrevivir siempre ha sido lo suyo, por eso aquel día, con lágrimas en los ojos,
me pidió venganza.
Pero no vivió, se tiró desde un sucio acantilado
para no volver más.
Sólo los cuervos saben porqué.
Sólo los cuervos entienden ese dolor en el corazón.
Y ahora yo tengo que vengarme de un alma desvalida.
Mi cabeza da vueltas...
Tengo que odiar a un ser amado.
Porque tú, tú le has matado.
Y como en aquella canción,
seremos agua y fuego, y apagaré la furia de tu alma
calcinando mi corazón ceniciento.
2 comentarios:
Te ha quedado muy bien, aunk es un poko triston. Besos
Estaba vicheando blogs y me he topado con el tuyo; yo soy una chica de Andalucía pero muy ligada a Galicia ya que viví allí 16 años ni más ni menos. En este último escribes con una melancolía encantadora. Escribes cosas naturales y sobrecogedoras como la vida misma y eso lo digo como un elogio. Entiendo lo que quieres decir en el comentario anterior: eso es a nivel mundial lo menos, la hipocresía es como la sal para muchas comidas y como tales, hay a gente que le cuesta prescindir de ella...de la hipocresía claro (supongo que también de la sal). Siento enormemente los destrozos y desgracias que se han producido por el fuego en esa belleza de Galiza. Por si te interesa puedes encontrarme en www.untipodemagia.blogspot.com. Un saludo.
Publicar un comentario