Yo quería ser cosmonauta, como Yuri Gagarin, y poder ver la tierra desde allá arriba. Comprobar que no hay dioses, ni barreras, y que allá fuera todo es silencio y oscuridad sólo interrumpida por miles, millones de estrellas. Recuerdo que con 9 años le cogía el telescopio a mi padre y me pasaba horas y horas viendo el firmamento, hasta que mi madre me mandaban a dormir. Mi libro favorito se llamaba El Universo, y todavía rememoro cada página de aquel asombroso mundo que se aparecía día tras día al releerlo.
Años después, tristemente soy consciente de que jamás cruzaré el hilo que separa a los hombres del infinito. No estudié Física, ni mi vida puede acercarme de ningún modo a todo lo que soñaba de pequeña. Los cosmonautas ya no existen, al menos no en su esencia. La URSS ya no está y los americanos son los que ganan hoy en día la carrera espacial. La Guerra Fría sólo se estudia en los libros de Historia, y los niños no ven más allá de sus habitaciones repletas de juguetes.
Pero a día de hoy, todavía saco el viejo telescopio en las noches de verano, le limpio el polvo a la lupa y me siento a observar Orión en todo su esplendor, la primera constelación que conseguí aprenderme sin necesidad de buscarla en mapas astronómicos.
Yo quería ser como Yuri Gagarín, y poder decir aquello de Poyejali! justo antes de despegar el Vostok I en el que sería el primer viaje del hombre al espacio. Un hombre que acabó consumido por la fama y que murió accidentalmente en un vuelo sobrevolando su amada Moscú. Un hombre valiente que empezó siendo un humilde mecánico y que cuando estaba allá arriba, sobrevolando la tierra, dijo:
"Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos".
Por desgracia, los pobladores del mundo no le hemos hecho demasiado caso.
4 comentarios:
De pequeño siempre quise tener un telescopio, soñaba con las estrellas en un cielo madrileño del que tienes que huir para poder verlas.
Recuerdo mi primer recuerdo de ellas, era muy pequeño en el pueblo de mi madre y cuando mire al cielo y vi tantas estrellas pense que ese cielo no era el mismo de Madrid y que habia pequeños caminos marcados en ellas que te podian llevar a sitos magicos.
Hablas de Gagarin un heroe, como dices tal vez se haya perdido ese romanticismo asociado a los cosmonautas, tal vez entre que se ha perdido un poco el misterio ha convertido el espacio de algo extraño fascinante misterioso a algo plagado de satelites.
Me alegro que sigas sacando ese viejo telescopio y que conozcas Orion yo he de reconocer que me pase noches y noches con mi libro de estrellas observando el cielo y nunca pude reconocer una constelacion.
El universo nunca perderá del todo su misterio, porque siempre habrá un más lejos, nunca alcanzaremos sus confines. En realidad, creo que igual es más bonito imaginarlos desde aquí abajo. Un saludo :)
Yo quería ser Óscar el cosmonauta, y hablar con los extraterrestres y que fueran amigables... yo quería ser una cosmonauta, por ello quizá tu entrada me es tan cercana al igual que tu opinion, y las cosas no van bien todos lo sabemos, pero no habrá un renunciar delante de esperanza mientras nos queden estos espacios, estas inquietudes...todo germinará,dicen que torres más altas cayeron.
UN abrazo ^^
Yo nuca quise ser cosmonauta. Cada vez que pensaba en las naves espaciales me acordaba de Laika y lloraba. Además me daba miedo eso de salir al espacio y que después no pudieses volver. Creo que los dibujos de perdidos en el espacio no me ayudaron mucho xD
Yo quería desenterrar dinosaurios. Tenía cartas de dinosaurios, libros de dinosaurios, cromos de dinosaurios, etc.. y ahora de vez en cuando aún veo cosas sobre dinosaurios en internet y hablo con mi primo sobre los dinosaurios. El heredó alguno de mis libros y también le gustan mucho.
Sin duda los cosmonatutas tienen la suerte de poder observar el planeta de un solo vistazo. Y si es como nos muestran las fotografias aéreas, tenía razón es precioso y lo estamos estropeando ^^
Un beso cacahuete
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