lunes, septiembre 15, 2014
Cambiando la bombilla...
Siempre me pareció curioso esas entrevistas en las que los famosos que alcanzan cierta madurez hacen balance de sus vidas y llegan a la conclusión de que en realidad, cuando son más felices, es cuando alcanzan ciertas edades (cincuenta, sesenta...). Uno da por sentado que la juventud es sinónimo de felicidad, uno se cree que con 30 años se conoce ya el mundo y que no hay nada superable a esa sensación. Por suerte las cosas no funcionan así. A parte de que cada persona tiene su propio ritmo de madurez (muy en gran parte por las experiencias vividas), a lo largo de la vida se van sucediendo pequeños saltitos, pequeños cambios que se dan a veces casi de un día para otro, y cuando te das cuenta estás con un pensamiento casi opuesto al que tenías la semana pasada.
Cuando eso sucede a veces te sientes un poco como un idiota. Es como si algo de pronto en tu cabeza hiciese "click" (o "clack", no lo sé) y se te iluminase la bombilla, pero con un color diferente. La bombilla puede ser roja, azul o verde, eso da lo mismo, lo importante es que da una luz diferente a la anterior.
1 comentarios:
No sé si aún revisas este blog, pero ya hace casi 10 años pusiste un comment en el mío, el que escribía en aquella época. Desde entonces no había vuelto a mirarlo, ha llovido mucho... pero hoy, por causa de un cambio muy importante en mi vida que está a punto de acontecer, me he acordado de mi viejo blog y he querido revisarlo. Y he encontrado tu comment en uno de mis posts, y el link que dejaste me ha llevado aquí.
La sensación al leer mi viejo blog ha sido como de vértigo al mirar abajo. De ver cuán lejos está el fondo del pozo en el que me encontraba entonces. Y aunque también sé que nunca puedes estar seguro de no volver a caer, puedo decir una cosa: el pasado no es malo, pero aferrarse a él sí lo es. Pretender que nada cambie nunca: eso es lo malo.
Puedes recordar el pasado, pero sin dejar de luchar por tu presente y futuro. El problema es que luches por recuperar el pasado: eso es imposible, y eso es lo que hace daño. Puedes tener mucha pena por lo perdido, pero no pretendas recuperarlo: será peor. Sigue adelante y seguramente encontrarás otras cosas que a la postre te llenarán más, hasta que llegarás a sentir que tu vida es mejor. Muchas gracias por tu comment, y mucha suerte en todo.
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