sábado, diciembre 13, 2008

Todos flaqueamos, todos nos hundimos en algún momento. Y a mí me tocó esta semana, pero no pasa nada, nunca pasa nada. Nunca es más importante que otras cosas, ni menos que otras. Me hundí, y cuando ya estaba llegando al fondo reaccioné. Me di de bruces con la realidad, me estaba convirtiendo en lo que no era, estaba observándolo todo con los ojos de la negatividad, esa misma que te absorbe lentamente. Fue una noche febril, mis ojos secos por demasiado café eran incapaces de cerrarse, y daba vueltas en la cama pensando una y otra vez las mismas cosas, liándolas cada vez más, complicando los cruces de ideas hasta tal punto que exploté. Fue rápido, unas lágrimas, más negras que nunca, pero escasas, ahogadas. Luego, un vértigo tremendo, el mayor vértigo que sentí en mi vida, y escuché la voz de mi conciencia. Al principio tímida, poco a poco se fue haciendo con el espacio que necesitaba para desarrollarse, y me lo dijo claramente: es el momento, o sales ahora o te quedas encerrada en el pozo. Fácil, sencillo, tomar una decisión, acatarla y punto. Y así hice, dejé los pensamientos negativos, mis ojos se empezaron a cerrar y pude contemplar todo de nuevo con esa sonrisa que echaba en falta. Asumí mis propios errores, y lo que es más importante, asumí los errores de los demás. Asumí que nadie es perfecto, y que si ni yo misma lo soy, no puedo exigirle a nadie que lo sea. Después de la lucha, de mi lucha, sólo sentí una cosa: paz. Una paz infinita, sentía que aquel momento nunca se iba a volver a repetir, y quería disfrutarlo al máximo. Sentía mi cuerpo, sentía cómo las nubes negras se alejaban, sentía mi respiración. Sentía.

Esta mañana me levanté con el cuerpo dolorido, tras una noche de fiebre intensa. No he ido a trabajar, en mi último día. No tengo fuerzas porque estoy pillando una gripe que me lleva rondando varios días. Llevo toda la mañana en cama, intentando recuperar fuerzas para ver si esta noche puedo ir a la cena del trabajo, pero lo dudo mucho. Me duele el cuerpo, la cabeza, pero no el alma. Si es que existe, si es que tenemos algo que podríamos llamar espíritu, he de decir que está más fuerte que nunca. Escribo esto a las 12 de la mañana de un viernes cualquiera. Fuera hace sol, y frío. El día está como yo, nos hemos sincronizado, o quizás contagiado. Quien sabe.

4 comentarios:

Gobo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gobo dijo...

Ya sabes que me alegro que "mataras" esos sentimientos negativos ;).
Hay veces que necesitamos un stop parar, reflexionar y tomar una decision con la que seguir adelante. Si fueramos simples peces que nos dejamos llevar por la corriente a saber en que río terminaríamos, ¿verdad?

Ahora toca seguir un poco más ese camino espero que sin ningún bache y si lo hay como diria Gimli "cuenta con mi hacha" ya lo sabes...


Aperta...

Anónimo dijo...

Lo creas o no eres muy fuerte. No todos logran salir de esa espiral de negatividad. Me alegra que recuperes tu sonrisa. Siempre que estes de bajo aqui estamos tus amigos :*
La vida son dos dias. Mejor pasarlos sonriendo que echa un gurruño pensando.besos del bien

Anónimo dijo...

Es cierto, sonrié siempre, para encajar, ya me entiendes. El alma, por supuesto que existe, aunque muchos la hayan perdido por camino, la tuya sin duda es de las incansables, de las que viven por encima del deber.