sábado, marzo 07, 2009



Un día soñé con un camino de gravilla que me llevaba a un jardín. El cielo estaba nublado, los árboles y la maleza, rebeldes. No soplaba el viento, y un edificio viejo y gris se levantaba contra el cielo. Silencio. Y de pronto, empezó a sonar una canción. Al principio, unos acordes lejanos, tímidos, pero poco a poco se fueron adueñando de mis oídos. Salían de una ventana abierta, como queriendo escapar. Entré en el edificio, subí las escaleras y abrí la puerta de la habitación. Un gramófono dirigido hacia la ventana creaba aquellas notas, aquella extraña voz. Un sofá me invitaba a sentarme. Lo hice, mientras cerraba los ojos y me dejaba llevar. El tiempo se detuvo, y aquella sensación, la música rompiendo el silencio, la soledad del edificio, el reloj parado... es algo que nunca se olvida.

2 comentarios:

Gobo dijo...

Casi podia cerrar los ojos y ver ese camino ese edificio. Canción triste melancolica de aquellas que invitan a pensar a meditar a parar por un instante y pensar...

Preciosa tanto la cancion como sobre todo las palabras.

TheWriter dijo...

Que grandioso lo de los árboles rebeldes y el texto en general, casi como de naturaleza muerta.