Me coges de la mano, el mundo da vueltas y se vuelve borroso. El viento me trae el aroma de tu pelo, de tu sonrisa y tus lágrimas, ya secas en tus mejillas, creando surcos imposibles. Me abrazas, te abrazo. Siento que no estoy sola, que hace tiempo que dejé de estarlo.
La lluvia juega con tu pelo, enredándolo, creando gotitas multicolores que se dispersan con cada movimiento de cabeza. Metes la mano en el bolsillo, sacas una vieja navaja oxidada y me dices que recojamos setas.
Los prados verdes inhundados de semillas, agitadas con el viento y la lluvia, agitadas con nuestra presencia. Remolinos de plumas y pétalos, remolinos de recuerdos y promesas. El río que no baja, sino que sube, pendiente arriba, para estallar en mil pedazos al llegar a la cima de la colina.
Y tú sigues sujetándome de la mano, sintiendo tu calor, el latido de tu corazón en tu muñeca.
1 comentarios:
Es precioso Cacahuete!
Tus palabras son tan profundas que solo con leer lo que escribes puedo sentir lo que describes y dibujarlo en mi mente ^^
Un besote :******
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