sábado, octubre 03, 2009




Huele a otoño, a hojas secas y tardes cortas. A cambios de horarios, a nubes negras, a bufandas de rayas y a paraguas rotos. La luz se vuelve naranja, marrón y roja y a las playas naufragan los restos de un verano inolvidable. Ves tu reflejo en los charcos y te devuelven una sonrisa, una sonrisa de otoño. Prisas, atascos, colegios... y de pronto, calles vacías. Unos tacones que gritan ¡eco! en las alcantarillas mientras el cielo retumba.

Almohadas de sueños en los bosques deshojados.

Olor a castañas asadas, chimeneas que dibujan nubes y edificios grises. Café caliente y bizcocho mientras escuchas el repicar de una campana al otro lado del pueblo. Sensaciones que, olvidadas, empiezan a despertar de nuevo.

2 comentarios:

Gobo dijo...

Como me gusta el Otoño... el otoño tiene tantas cosas todas esas sensaciones que has puesto, el olor a castañas a chimeneas quemando madera o la de un bosque despues de la lluvia.
Caminar por esos mantos de hojas
Si definitivamente es mi estacion favorita!! y tu le has hecho un genial homenaje!!!

Sigue escribiendo es un placer leerte ;)

TheWriter dijo...

¡Por fin! (Sobre todo por lo que respecta a las castañas).